El jueves 21 de agosto de 2025, Lil Nas X (Montero Lamar Hill) fue encontrado deambulando por Ventura Boulevard en Los Ángeles a las 4 a.m., vistiendo solamente ropa interior y botas vaqueras. Testigos lo grabaron actuando de forma incoherente, bailando, cantando sobre una “fiesta esta noche” y hasta colocándose un cono de tránsito en la cabeza, un comportamiento desconcertante que elevó las alarmas.
Ante el disturbio, la policía acudió al lugar, donde Lil Nas X reaccionó agresivamente—“cargó contra los oficiales”, según reportes—y fue detenido por un cargo menor de agresión a un funcionario público. Luego fue trasladado a un hospital por sospecha de sobredosis antes de ser formalmente fichado.
Más allá del espectáculo están las señales de alarma. En abril pasado ya había sido hospitalizado por una parálisis facial parcial. Además, en febrero confesó que los últimos años habían sido “bastante difíciles” para él; habló de sentirse inestable y de su deseo de reconectar con la confianza en sí mismo y en su arte.
Esta situación avanza más allá de los “showbiz stunts” que tanto caracterizan su carrera. La articulista Mey Rude advierte que, como hombre negro y gay, Lil Nas X está expuesto a que una crisis de salud mental sea interpretada como delito, y que ese estigmatismo puede ser letal — un recordatorio de que el espectáculo no debe opacar el cuidado.
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