Este 12 de agosto, el Movistar Arena se transformó en una discoteca gigante gracias a Kylie Minogue, quien ofreció casi dos horas de pura energía y más de 20 canciones. Desde el primer beat, un pulso firme y luces láser azul intenso crearon la atmósfera perfecta para la llegada de la diva australiana. Vestida de látex naranja, Kylie hizo un repaso que combinó hits recientes y clásicos, con la gracia y elegancia que la mantienen como un ícono pop a sus 57 años.
La puesta en escena del Tension Tour dejó claro por qué Kylie sigue conquistando escenarios. Cambios de vestuario espectaculares, coreografías de su cuerpo de baile masculino y un despliegue visual impecable hicieron que nadie permaneciera sentado por mucho tiempo. Hubo momentos de pura fiesta con “The Loco-Motion” y otros de intimidad, como cuando se acercó al público para recibir una rosa y cantar un extracto de “Where the Wild Roses Grow”, provocando suspiros colectivos.
El show no solo fue baile: también hubo dramatismo y teatralidad. Con “Confide in Me”, Kylie apareció envuelta en una capa negra tras un video en blanco y negro, explorando sonidos cercanos al triphop y mostrando su faceta más interpretativa. Pero el clímax llegó con “Can’t Get You Out of My Head”, cantada a coro con un público que no quería dejarla ir. Ese “la-la-la” compartido fue pura comunión pop.
El cierre fue un estallido: “Padam Padam”, “In My Arms” y “Love at First Sight” sellaron una noche que fluyó sin bajar la intensidad. Entre luces, beats y actitud, Kylie Minogue no solo entregó un concierto; regaló una experiencia que quedó grabada como una fiesta inolvidable. Como en una buena noche en la disco, nadie quería que se acabara.
Y tú, ¿estuviste ahí o la has visto en vivo en otra ocasión? Cuéntanos tu momento favorito de Kylie en los comentarios.
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