Lo que parece un capítulo de Black Mirror es, lamentablemente, una noticia real. La película independiente Together, dirigida por Dave Franco y protagonizada por él junto a Alison Brie, fue alterada digitalmente para su estreno en China. ¿La razón? Una escena que mostraba el matrimonio entre dos hombres fue modificada usando inteligencia artificial para que pareciera una boda heterosexual. Uno de los novios fue reemplazado visualmente por una mujer.
Esta modificación no fue advertida oficialmente, pero los espectadores lo notaron rápidamente al comparar capturas y fragmentos compartidos en redes sociales. Las imágenes no coincidían con las versiones previas difundidas internacionalmente. El escándalo ha sido recogido por medios como Out y The Guardian, que alertan sobre una nueva etapa en la censura audiovisual: ya no se recortan escenas, ahora se reescriben con IA.
Esta práctica no solo borra visiblemente el contenido LGBTQ+, sino que altera el sentido emocional y narrativo de la historia. En el caso de Together, se pierde una parte clave del mensaje de inclusión, afecto y visibilidad queer. Lo preocupante es que esta tecnología podría usarse cada vez más para “normalizar” historias en países con políticas represivas hacia la diversidad sexual.
Ante la polémica, el estreno general de la película ha sido detenido, pero la pregunta queda flotando: ¿estamos entrando en una era donde los cuerpos queer ya no solo se eliminan del guion, sino que se editan en postproducción para que nunca hayan existido? La manipulación audiovisual como herramienta política es real, y la comunidad LGBTQ+ debe estar atenta.
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